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En Su Presencia

  • Adriana Murillo
  • 16 may 2014
  • 2 Min. de lectura

Un Particular Experimento:


Durante la serie de charlas de "Los 10 Mandamientos" de mi grupo de Jovenes, SuperNova, tuvimos una charla acera de "Guardar el día del Reposo" y como parte de la dinámica, me pidieron estar en un "set de cuarto" en la entrada del lugar. Y esto fue lo que aprendí:


1) La decisión es nuestra: La verdad es que fue difícil concentrarme en Dios al principio, la gente pasaba y me trataba de saludar, había mucho ruido ambiental y música de fondo que me distraía, sin embargo, en medio de todo ese ambiente, puede entender que en nuestra vida cotidiana, también es así hay miles de cosas que nos intentan distraen cuando queremos pasar tiempo de calidad con Dios, lo único es que en este escenario, las distracciones eran bastante obvias y hasta algunas tenían nombre y apellido. Pero es nuestra decisión, podemos fijar nuestra mirada en Dios y hacer a un lado las distracciones o si podemos dejarnos llevar por ellas.


2) La práctica mejora los resultados: aprendí es que entre más tiempo pasaba con Dios, entre más tiempo batallaba contra las distracciones, entre más lo buscaba de manera intencional, más fácil se hacía bloquear el ruido de afuera y sintonizar la voz de Dios con mayor precisión.


3) Las atracciones son a veces muy atractivas: aprendí que no todas las distracciones son cosas malas, o poco provechosas, como emborracharse, o pasar el día viendo TV.... también puede que realmente sea algo bueno, como trabajar, hacer ejercicio, pasar tiempo con nuestro amigos y familia, y de hecho, son las cosas buenas las que más fácilmente se convierten en nuestros mayores distracciones... PORQUE? Porque sentimos que esta bien dedicarles tiempo, y si es cierto, si es bueno dedicar tiempo a eso, pero nunca deberían consumir tanto tiempo, que logren sustituir por completo, el tiempo que pasamos con Dios.


4) Para poder descansar tenemos que trabajar: Erica Johanning, dijo esto en la charla y me parecio demasiado importante. Sobre todo porque soy de las personas que tienden a dejar todo para el final y luego ando como loca haciendo todo al mismo tiempo. Lo que aprendí acá es que es mejor trabajar duro a tiempo para descansar bien cuando es el tiempo.


5) El día de descanso es aceca de Dios: hagamos lo que hagamos en este día, debe ser para EL y con EL, no existe nada en el mundo entero que nos haga descansar como EL. Es con Dios que recobramos fuerzas, que cargamos baterías, que saciamos nuestra sed, que llenamos nuestro espíritu, mente y corazón. Si no aprendemos a descansar en EL, todo lo demás se hace más pesado. Descansar en Dios es un hábito indispensable para nuestra vida y que tiene bendiciones inimaginables para nuestra vida.


Ojalá TODAS saquemos tiempo para disfrutar en la presencia de Dios, sea orando, leyendo la Biblia, adorando. Sea cual sea la dinámica, que EL sea el centro, eso es lo importante.

En Su Presencia

 
 
 

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