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Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón,

con todo tu ser y con toda tu mentes.

(Mateo 22:37)

 

 

Lectura del Día: Salmo 37:4

 

En Salmo 37 está lleno de instrucciones y promesas de Dios para nuestra vida. Pero es importante que las entendamos. Muchas veces pensamos que este versículo se refiere a que Dios cumplirá todos aquellos anhelos que guardemos en nuestro corazón. Sin embargo, los anhelos de un corazón que se deleita en sí mismo y los anhelos de un corazón que se deleita en Dios, son muy diferentes. Cuando nos deleitamos en Dios, buscamos hacer Su voluntad, vivimos buscando Su presencia y nuestro mayor deseo es hacerlo sonreír. Con esto no me refiero a que si nos deleitamos en Dios, no tenemos sueños propios, claro que los tenemos, Pero nuestros sueños y los de Dios se fusionan en uno solo y cada cosa que anhelamos se empapa de los propósitos de Dios.

 

En el versículo 5, dice "Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará"; en el versículo 7 dice "Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia”. Pero como nos cuesta eso de la paciencia y la confianza. Creo que en el fondo solo nos gustaría que Dios nos diera la que pedimos, justo cuando lo pedimos. Sin embargo, esa no sería la mejor opción.

 

¿Por qué estoy tan segura? Porque un día, orando por un profundo anhelo en mi corazón, Dios me confronto con la siguiente pregunta “¿Si yo te digo que puedo complacerte con lo que pides, justo en este momento, pero que este no es mi tiempo, ni mi propósito, aún así te gustaría que te lo diera ya?” Luego de pensar un poco, mi respuesta fue un rotundo no. No quiero nada fuera de los tiempos de Dios y sus propósitos. Porque he aprendido que a veces “por perseguir lo que consideramos bueno, nos perdemos de lo que Dios considera MEJOR”, y eso si es una lastima. Sé que esperar en Dios es a veces difícil, pero es más difícil, desear haber esperado y no haberlo hecho.

 

Promesa de Dios para mi:
“Si yo me delito en Dios y lo busco, Él cumplir los anhelos de mi renovado corazón. Si confío en Dios y en sus manos pongo mi camino, Él actuará. Y cuando humilde guardo silencio, espero con paciencia y vivo para agradarlo, Él firma mis pasos".

 

Reflexión:

  1. ¿Cuáles son los anhelos más profundos en tu corazón?

  2. ¿Sentís que tu corazón se deleita en Dios?

  3. ¿Qué pensas que cambiaría en tu vida si aprendieras a deleitarte, a confiar y a esperar en Dios?

 

Oración:

Dios, hoy te pido que me enseñes a deleitarme en vos primero, para luego recibir tu bendiciones con libertad. Ayudarme a vivir conforme a tu voluntad y a saber esperar por tus tiempo y propósitos. Quiero ser transformada por tu amor y confiar en que siempre tenes no lo bueno, si no lo mejor para mi. AMÉN

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